miércoles, 2 de mayo de 2012

El Rivismo incorpora Sentimientos a los Materiales. El Grito del Huevo





El Rivismo incorpora Sentimientos a los Materiales. El Grito del Huevo, Ramón Rivas 2006
Rivismo, El Grito del Huevo. (© Ramón Rivas 2006 / Spain)

La obra del Rivismo, El Grito del Huevo, Ramón Rivas 2006, es un buen escenario para explicar los conceptos y la filosofía del Rivismo. Nuevos conceptos al asignar a elementos, objetos, materiales y en general a la naturaleza muerta; funciones, características y sensibilidades que son inherentes a las personas. La narración novelada a través de esta obra, facilita la comprensión de esta propuesta artística.




¿Cómo no? Aquí están. Son muchos, como el arroz en la paella. Pero no tan sabrosos. Son los algoritmos, secuencias de instrucciones precisas que deben seguirse para realizar una tarea.


Imprescindibles a la hora de resolver problemas en programación, e incluso, aplicables al proceso de freír un huevo. Por curioso o gracioso que parezca, para elaborar un huevo frito se debe seguir un plan bien estructurado; sacar el huevo de la nevera, colocar la sartén, poner el aceite, encender el fuego, calentar, comprobar la temperatura, cascar el huevo en un plato, echarlo en la sartén, esperar a que se fría, sacar...

Todo está a punto. Un ilusionado aprendiz, esquema en ristre, comienza el proceso. Paso por paso, ahora ya está el aceite a temperatura ideal. Antes de echar el huevo a la sartén, el afanado cocinero, intenta lavar el plato en donde vació previamente el huevo.

Abre el grifo del fregadero y qué sorpresa. El agua explota. El aire inesperado en la tubería expulsa con violencia el agua, con tan mala intención, que algunas gotas caen sobre el aceite caliente. Inmediatamente un grito elevó los decibelios de la cocina. El dolor viaja a través de su piel y aún…, el ingrediente no está en el aceite. Los algoritmos no previeron este accidente.

Este suceso, me hizo recapacitar. Si unas gotitas de agua sobre el aceite, produjeron tanto dolor. ¿Qué impresión reciben la clara y la yema cuando caen sobre el aceite humeante? ¿Qué ocurre en su estructura molecular? ¿Se produce dolor, aunque sea un dolor material?

Estos interrogantes son el aliciente para que las Pinceladas Experienciales del Rivismo, entren en un mundo de elementos materiales con sus respectivas experiencias vividas y sus peculiares sentimientos. Quizás como unidades o partículas de energías sin masa, invisibles, pero presentes en todas partes.

De aquí nace la obra de Ramón Rivas, El Grito del Huevo, composición que reproduce de una forma casi humana, la horrible impresión que recibe un huevo a temperatura ambiente, al entrar en el aceite a una temperatura entre 120 y 180 grados.

La yema, se transforma en una cara material, con todos los signos de sorpresa, dolor y horror. Un rollo de manguera de presión, se transforma en dicha cara y sus ojos también adoptan las mismas facciones de la cara. Los sentimientos manifestados, se magnifican por la acción de unos ojos que sienten empatía experiencial con la propia cara. Son clones provenientes del proceso cíclico, de una parte al todo y viceversa.

La clara, sufre también una reacción traumática. Su movimiento ondular, lucha desenfrenadamente para salirse de los límites de la sartén y en este caso, del lienzo. Transparencias en la clara permiten compartir experiencias y protagonismo con los otros materiales. Dejan ver a través de ellos el otro material, asumiendo sus experiencias. Esto tiene cariz de empatía. Y en este caso, empatía experiencial.

Mucha energía en los elementos con masa, compuestos por; plástico, caucho, hierro, madera, pintura, óxido,…etc. Y mucha energía invisible proveniente de elementos o partículas sin masa, y que representan los sentimientos reactivos de los propios elementos materiales. Partículas sin masa que se pueden superponer entre sí e incluso posarse sobre las que sí tienen.

Los sentimientos viajan por todo el escenario compositivo. Sus energías, se distribuyen reforzando las zonas con menos energía y compensando las zonas más saturadas a través de las rejillas. De esta forma, se equilibran las tensiones que la situación ha provocado en el espacio escénico.

¿Semejanzas entre los sentimientos producidos por elementos materiales y humanos? Quizás las haya, pero salvando distancias. Los de carácter humano; los interpretamos, los provocamos, los sufrimos, los compartimos,...etc. Pertenecen a la dimensión espacio-tiempo. En el ámbito material, los sentimientos se alojan en una dimensión no reconocible por nosotros. Sin embargo, su energía sin masa y por tanto, invisible, acompaña como sombra, a la parte material que fue captada instantáneamente e incorporada a la obra, mediante la aplicación de Pinceladas Experienciales.

© Rivismo

Lea más Artículos del Autor

Artículos del Autor publicados en Internet

Más información: http://www.rivismo.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario